Archivado en 31 octubre 2018

Obesidad y menopausia, ¿una pareja inseparable?

31 octubre, 2018

En la menopausia, la obesidad es un factor de riesgo de sufrir diversas enfermedades, como diabetes o cáncer
La menopausia se asocia a un incremento de peso.
A pesar de que los cambios propios de esta etapa tienden a la ganancia de kilos y a un cambio en la distribución de la grasa corporal, en realidad un aumento importante de peso está más relacionado con ingerir más energía de la que se gasta. A continuación se describe por qué la prevalencia de obesidad es más elevada en la menopausia y cuáles son los riesgos asociados al exceso de peso. También se dan varias pautas sobre la dieta recomendada para este tiempo.

La menopausia se asocia a un incremento de la grasa corporal. A pesar que en algunas mujeres se da un ligero cambio de la figura por el cambio en la distribución del tejido adiposo, en otras se produce un importante aumento de peso. Sin embargo, este estaría más relacionado con una mayor ingesta y una disminución del gasto energético, lo que favorece la ganancia de peso o el agravamiento de la obesidad.

Riesgos de la obesidad en la menopausia
En la menopausia la prevalencia de obesidad es más elevada. De hecho, el sobrepeso es un factor reconocido de riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares (la mayor causa de fallecimiento entre las mujeres menopáusicas es la enfermedad isquémica), la diabetes mellitus tipo 2 (por insulinorresistencia), trastornos del aparato locomotor (como osteoartritis) y algunos cánceres (de endometrio, mama y colon). Además, el peligro de contraer estas enfermedades incrementa de forma proporcional al aumento del Índice de Masa Corporal.
La obesidad predispone a que los sofocos y sudoraciones nocturnas surjan con mayor frecuencia e intensidad
El aumento de peso y la obesidad predisponen a que los sofocos y sudoraciones nocturnas surjan con mayor frecuencia e intensidad. Pero, se desconoce si el perder peso puede disminuir el riesgo de padecerlos.
También se describe que el aumento de riesgo cardiovascular está asociado, sobre todo, al incremento de factores de riesgo que afloran con la edad. El envejecimiento, la hipertensión arterial, la dislipemia, la diabetes, el hábito tabáquico, el sedentarismo, la obesidad y los antecedentes familiares son los factores más importantes, y, hay que tener en cuenta, que se potencian entre sí.

Menopausia, obesidad y cáncer de mama

Según datos de sociedades científicas el cáncer de mama es el segundo en frecuencia en todo el mundo después del cáncer de pulmón. La mayoría se diagnostican entre los 35 y los 80 años, con un despunte entre los 45 y los 65.
Uno de los factores de riesgo asociados al cáncer de mama es la obesidad en la menopausia. Ante obesidad o sobrepeso,el exceso de tejido adiposo (en la menopausia, la mayor parte de los estrógenos proviene del tejido graso) puede aumentar la posibilidad de sufrir cáncer de mama. Además, las mujeres obesas tienen niveles de glucemia (azúcar en sangre) más elevados, que también se relacionan con el desarrollo de distintos cánceres, como el de mama.
Los estudios disponibles barajan distintas posibilidades: primero, parece que el riesgo de sufrir cáncer se incrementa en quienes suben de peso en la adultez y parece que no sigue el mismo patrón en quienes han tenido exceso de kilos desde la infancia; y, por otro lado, que un exceso de grasa abdominal -además de ser un factor de riesgo cardiovascular, aumentar los niveles de colesterol y la tensión arterial- sería más peligrosa que la misma cantidad de tejido adiposo en muslos y caderas.
Según un reciente estudio, publicado en ‘Cancer Research’, las mujeres obesas podrían reducir el riesgo de padecer cáncer de mama después de la menopausia si, antes de entrar en esta etapa vital, evitaran un aumento de peso. Los autores señalan, además, que las mujeres obesas en la posmenopausia tienen mayor riesgo de sufrir cáncer de mama y de sufrir peores resultados clínicos ante la enfermedad que quienes, en la posmenopausia también, están delgadas

¿Qué es la Osteoporosis ?

24 octubre, 2018

¿Qué es la osteoporosis?
La osteoporosis es una disminución de la masa ósea y de su resistencia mecánica que hace susceptible al hueso a fracturas. Es la principal causa de fracturas óseas en mujeres después de la menopausia y también en ancianos en general.
Si bien, no tiene un comienzo bien definido y, hasta hace poco, el primer signo visible de la enfermedad era la fractura de cadera o muñeca y de los cuerpos vertebrales .

Los huesos están sometidos a un remodelado continuo mediante procesos de formación y reabsorción, y también sirven como reservorio del calcio del organismo.
A partir de los 35 años se incia la pérdida de pequeñas cantidades de hueso. Muchas enfermedades o algunos hábitos de vida aumentan la pérdida de hueso provocando osteoporosis a una edad más temprana. Algunas mujeres tienen predisposición a la osteoporosis por una baja masa ósea en la edad adulta.

La menopausia es la principal causa de osteoporosis en las mujeres, debido a disminución de los niveles de estrógenos. La pérdida de estrógenos por la menopausia fisiológica o por la extirpación quirúrgica de los ovarios, ocasiona una rápida pérdida de hueso. La pérdida de hueso ocasiona una menor resistencia del mismo, que conduce fácilmente a fracturas de la muñeca, columna y la cadera.

Una mayor probabilidad de desarrollar osteoporosis se relaciona con:
— Menopausia precoz, natural o quirúrgica
— Genética familiar
— Consumo del alcohol o cafeína
— Tabaquismo
— Períodos de amenorrea, o pacientes con antecedentes de transtornos alimentarios restrictivos
– Algunos medicamentos como el uso prolongado de corticoesteroides
– Procesos como enfermedad tiroidea, artritis reumatoide y problemas que bloquean la absorción intestinal de calcio
–Dieta pobre en calcio por períodos prolongados, especialmente durante la adolescencia y la juventud
– Vida sedentaria

El mejor tratamiento de la osteoporosis es la prevención. Una ingesta adecuada de calcio y el ejercicio físico durante la adolescencia y la juventud, puede incrementar el pico de masa ósea, lo cual redunda en una reducción de la pérdida de hueso y en un menor riesgo de fractura en años posteriores. El consumo adecuado de calcio y de vitaminas durante la madurez es esencial para la salud del hueso.

Es importante aportar :
• Vitamina D, necesaria para la absorción y fijación de calcio; la obtenemos tomando sol 15 minutos diarios al estimular un precursor que se encuentra en la piel; también la incorporamos cuando consumimos hígado, yema de huevo o lácteos fortificados.
• Vitamina C, necesaria en la síntesis de colágeno, proteína que forma parte del hueso, la encontramos en los cítricos como mandarina, naranja, pomelo, limón, también en el ají, melón, brócoli, zanahoria, tomate. Debe tenerse presente que la vitamina C pierde su efectividad si la exponemos a temperaturas mayores a 30 grados centígrados.
• Vitamina A. La encontramos en yema de huevo, lácteos, peces grasos, hígado, y como pro-vitamina A en verduras y frutas de color amarillo y naranja, zanahoria, batata, melón, damasco y verduras de hoja verde intenso.
En mujeres mayores de 50 años y hombres mayores de 65 años es recomendable el consumo de genisteína, que es una proteína que nos aporta la soja y actúa como estrógeno débil, estimulando la síntesis de masa ósea, podemos cubrir 30-40g de la misma con 1/2 taza de porotos de soja, 1 taza de bebida de soja, 130g de tofú (queso de soja).

Cómo pautas saludables :
—-Consuma una cantidad suficiente de calcio y vitamina D en la alimentación. Los alimentos ricos en calcio incluyen leche descremada, yogur y verduras de hoja. Los suplementos de calcio con vitamina D son otra fuente de calcio. Los adultos deben consumir de 1.000 a 1.500 mg de calcio todos los días.
–Haga ejercicio aeróbico: caminar regularmente sobre todo ya que fortalece el hueso.
–No beba alcohol ni fume en exceso. Esto acelera la pérdida de hueso.
–Hable con su médico acerca de la Terapia de reemplazo hormonal ( TRH ) u otros medicamentos para prevenir o tratar la osteoporosis

El calcio: un mineral muy interesante

17 octubre, 2018

Es el mineral más abundante de tu organismo. Es fundamental para la formación y refuerzo de los dientes y los huesos. ¡Aproximadamente el 99 por ciento del calcio que necesitas se van a estos dos elementos fundamentales de tu cuerpo! Además, también actúa en la formación de los tejidos corporales, las neuronas o la sangre.

Es posible que te suene más que familiar que el calcio es necesario para la salud de los huesos pero, ¿sabías que ayuda a la coagulación de la sangre, a producir las señales nerviosas, a la relajación y la contracción muscular, y a la liberación de algunas hormonas? ¿Sospechabas que es necesario para que se generen los latidos normales del corazón?

Pues todas estas preguntas tienen una respuesta afirmativa, aunque está claro que la función más crucial del calcio en tu organismo es, sin duda, la de alimentar tu esqueleto. Tu estructura ósea es crucial porque sirve de soporte para el organismo y protege a los órganos vitales. Llevar una correcta nutrición te ayudará a mantener la salud de tus huesos.

La masa ósea cambia con los años
Va evolucionando a lo largo de toda la vida y está condicionada por factores genéticos, la nutrición y la actividad física. La absorción de minerales por parte del esqueleto se produce hasta los 25 años, pero el hueso es un tejido dinámico que a lo largo de la vida adulta pasa por un estado continuo de destrucción y reconstrucción.

Sin embargo a partir de cierta edad la calidad de los huesos se deteriora y esta remodelación ósea es cada vez más difícil. Es entonces cuando aumenta la fragilidad del esqueleto y el riesgo de sufrir osteoporosis y es, por tanto, cuando se debe cuidar más que nunca la alimentación.

La mejor manera de prevenir la osteoporosis es mantener una dieta con los nutrientes adecuados para la formación y el mantenimiento de los huesos: principalmente el calcio, el fósforo, el magnesio, y la vitamina D.
El calcio, sin embargo, es el nutriente esencial y no puede faltar en tu dieta, ya que proporciona estructura y resistencia al hueso. El calcio se encuentra sobre todo en los productos lácteos como el yogur, la leche, los helados y las diferentes variedades de queso. Recuerda que los lácteos forman parte del grupo de alimentos que debes ingerir cada día, según la pirámide nutricional. Por eso, es ideal empezar el día con un buen tazón de leche. A lo largo de la jornada puedes tomar también un yogur o refrescarte con un helado, que también aporta importantes dosis de calcio.

¿Qué cantidad de calcio hay en…?

* 1 vaso de leche = 300 miligramos
* 1 ración de queso suizo = 475 miligramos
* 1 yogur grande = 125 miligramos
* 1 ración de sardinas con espinas = 240 miligramos

EL DATO: el calcio no se encuentra en la “porción de grasa” de la leche, de tal manera que quitar la grasa no afecta el contenido de calcio.

Es interesante saber que incrementar el consumo de calcio durante períodos limitados no tiene efectos secundarios; pero no es aconsejable que esas raciones “extra” se extiendan en el tiempo de forma prolongada pues se eleva el riesgo de que aparezcan cálculos renales en algunos casos.

Embarazo y lactancia:
es necesario tener una dieta rica en calcio para reforzar los huesos de la madre y el bebé.

Menopausia:
las mujeres sufren en esta época una pérdida acelerada de masa ósea a causa de la disminución de estrógenos, por lo que el calcio es esencial.

Vejez:
en la tercera edad, los huesos son mucho más frágiles y requieren un aporte complementario de calcio.

Por último, has de saber que la vitamina D es fundamental para que el calcio ingerido pueda cumplir su función como nutriente. Es la sustancia que permite a tu organismo absorber el calcio. Por esta razón suele haber en el mercado productos lácteos enriquecidos con vitamina D.

Necesito engordar…..cómo hago?

10 octubre, 2018

Mientras muchas personas están preocupadas por perder esos kilos que sobran, otras buscan lo contrario, engordar. El objetivo es el mismo en ambos casos: conseguir una figura con la que sentirse cómodo y, en un segundo plano, mejorar la salud.

Sea cual sea el motivo de querer ganar peso, el esfuerzo que debe ser realizado es tan importante como el de aquellos que quieren perderlo. Ingerir más calorías de las que se gastan es la principal vía para conseguirlo.

La primera recomendación para aumentar de peso es seguir una dieta equilibrada que aporte más calorías de las que gasta el organismo. Quienes desean aumentar su peso tienden a pensar que la solución es comer más repostería y grasas, productos que realmente aportan muchas calorías. Sin embargo, aunque de esta forma se consigue aumentar de peso, no es la vía más adecuada para hacerlo.

Conviene que el aporte extra de calorías sea a base de alimentos ricos en hidratos de carbono como los hidratos complejos (pastas,arroz, legumbres ) , aceites de semillas con buena grasa, las aceitunas o palta. Se debe procurar que las grasas sean de buena calidad para que la dieta sea lo más saludable posible.
Es cierto que toda dieta debe ser personalizada. Sin embargo, si se quiere aumentar de peso, se pueden seguir una serie de consejos.

Alimentos para tomar entre horas:
Los alimentos a elegir entre horas no deben restar el apetito a las principales comidas y que tengan un contenido de calorías y nutrientes elevado, es decir, si se toman alimentos poco calóricos como una infusión sin azúcar o una taza de caldo, la persona se siente llena pero sólo se hidrata, no se nutre. Por tanto, lo adecuado es incluir alimentos de poco volúmen pero que aporten mucha energía y nutrientes como los frutos secos ( almendras, nueces avellanas, pistachos o maníes ), cereales, banana, galletitas integrales, quesos.Cualquiera de estos alimentos es práctico tanto para llevar como para comer en cualquier lugar y momento del día.

Abrir el apetito:
Algunos alimentos ayudan a abrir el apetito. Este es el caso de los encurtidos como aceitunas,pepinillos, choclo, galletitas saborizadas. Se recomienda comerlos antes de las comidas principales. Asimismo, aromas como el del pan acabado de hornear o de otras comidas recién elaboradas también suponen un estímulo para el apetito.
En cambio, alimentos como los snacks y los dulces aportan muchas calorías sin “alimentar” al organismo, lo que puede hacer que después no se coma la comida fuerte que corresponda.

Aumentar las calorías de platos:
Otra alternativa es aumentar el valor calórico de las preparaciones sin que se aprecie. Se puede hacer añadiendo, por ejemplo, mayor cantidad de aceite a sopas, cremas o salsas, huevo, queso, manteca.
También conviene beber jugos, leche entera, licuados de frutas con leche, para hidratar y nutrir, al mismo tiempo, el cuerpo entre horas.

Es muy importante acompañar a la dieta con la práctica de ejercicio físico para aumentar la masa muscular cómo los ejercicios localizados de brazo, abdominales, piernas o glúteos tienen como finalidad aumentar la masa muscular del cuerpo. El músculo que se va formando al hacer ejercicio de forma regular pesa bastante, lo cual se ve reflejado en la balanza.
El ejercicio influye sobre el aumento de peso , estimula el apetito y mejora el estado de ánimo

VINO en la prevención cardiovascular: beneficio o mito?

3 octubre, 2018

El vino es una bebida alcohólica del tipo de las fermentadas que contiene alcohol etílico y componentes propios de la materia prima empleada: la uva.

El peso de la fruta corresponde a los siguientes componentes:

                           90  % pulpa
                           6-7 % al hollejo o piel
                           3-4 % a la semilla o pepita

 La pulpa contiene: azúcar, tartrato ácido de potasio, ácido cítrico, ácido oxálico, ácido tánico, pectina, proteínas y minerales.

El hollejo contiene los taninos responsables del color del vino y diferentes ácidos, pectinas, colorantes y antocianinas.

Las semillas contienen taninos, resinas y aceites.

Se considera un consumo moderado a la ingesta de 1-2 copas/día, se conocen más de 60 estudios epidemiológicos que sugieren una relación inversa entre consumo moderado de alcohol y enfermedad cardiovascular pero debemos comprender que con un aumento de la tasa de consumo aumenta los fallecimientos.  Esto se debe a que la relación entre consumo de alcohol y mortalidad es una curva en J, los abstemios presentan más mortalidad que quienes beben con moderación pero quienes consumen mucho alcohol presentan una tasa creciente de fallecimientos.

El consumo moderado de vino se asocia a una alimentación más saludable, del tipo de la dieta mediterránea, aumentado factores de cardioprotección.

El vino, especialmente el tinto, tiene un alto contenido de flavonoides, sustancias que favorecen la acción antioxidante y la función endotelial.

La Asociación Americana del Corazón, American Hearth Association AHA, recomienda  que si un individuo no toma alcohol, no debe hacerlo para mejorar el corazón, pero “SI TOMA ALCOHOL DEBERÁ  HACERLO CON MODERACION”  recomendando para los hombres 2 medidas/día   (30 g. etanol) y para las  mujeres  1 medida/día    (15 g. etanol)

El resveratrol, un polifenol con acción antiagregante plaquetariA, antiinflamatoria y antifibrinogenética, o sea es cardiosaludable, está presente en el vino principalmente el tinto. Debemos tener en cuenta que las diferentes castas tintas hacen que el contenido de resveratrol no sea igual en todos los vinos por ejemplo la concentración media según referencias de la industria vitivinicola es de  5,05 mg/litro en el Merlot y de 1,71 mg/l en el cabernet Sauvignon.

Debemos tener en cuenta que varía según el método bioquímico para su medición, que dentro del mismo año y mismo varietal pueden variar las concentraciones de resveratrol que la concentración de resveratrol desciende hasta un 70 % cuando los vinos son envejecidos en barricas de roble debido a fenómenos de precipitación, oxidación y/o absorción que ocurren durante el envejecimiento en roble.

NO BEBA, SI BEBE HAGALO CON MODERACION