Es una enfermedad muy frecuente, relacionada con un mal funcionamiento del intestino.
Quienes padecen esta enfermedad se quejan de dolor abdominal, distensión abdominal, diarreas o estreñimiento o ambos: diarreas alternándose con estreñimiento.
El inicio o la presencia de dolor abdominal se asocia habitualmente con deseos de evacuar o con cambios en la frecuencia o la consistencia de las deposiciones y frecuentemente, la persona relaciona su comienzo con la ingesta de alimentos concretos.
La distensión abdominal y el meteorismo se desarrollan progresivamente a lo largo del día.
Son frecuentes la saciedad precoz tras la ingesta, las nauseas, los vómitos y el ardor o pirosis. Otros síntomas son la sensación de evacuación incompleta y la presencia de moco en las deposiciones.
Algunos consejos para mejorar los síntomas:
- Evitar las comidas copiosas y fraccionar la alimentación en 5-6 comidas al día reduciendo así el volumen de cada toma.
-Masticar varias veces los bocados, ayudará a incorporar menos aire y favorecerá la digestión.
- Evitar alimentos que claramente molestan (se debe valorar de forma individualizada, ya que lo que a unos sienta bien a otros no y viceversa)
- Reducir el consumo de grasa total .
- En muchos casos es necesario limitar la leche, se puede incluir la leche sin lactosa.
- Comer frutas y verduras cocidas y subdivididas (ralladas, en compota, hervidas )
- Comer en ambiente relajado y tranquilo, masticar bien los alimentos.
-Disminuir o evitar infusiones y bebidas colas.
- Evitar la ansiedad, las corridas….
-Agregar fibra soluble, cómo el salvado de avena, que favorece el tránsito intestinal, evitando las molestas digestivas.