Archivado en 30 diciembre 2015

Recomendaciones generales para mantener el peso corporal adecuado

30 diciembre, 2015

A continuación, se resumen las modificaciones en la alimentación y estilo de vida, que pueden ayudar a disfrutar de la comida, y a la vez gozar de buena salud, logrando alcanzar y mantener un peso corporal saludable y adecuado, de acuerdo a su edad, sexo, estatura, contextura y actividad física.
• Optar por una alimentación equilibrada, variada, suficiente y adecuada a las circunstancias particulares del adulto. Es importante no omitir ninguna de las tres comidas principales diarias, y estar atento a la cantidad de alimentos ingerida en cada comida; si aprende a comer justo lo que necesita, no ganará peso.
• Enfoque su atención al momento de comer, porque la distracción favorece una ingesta de alimentos superior a la requerida por el organismo.
• Tómese su tiempo a la hora de comer: el organismo tarda entre 15 y 20 minutos antes de dar la señal de satisfacción.
• Moderar el consumo de alimentos de origen animal, como la yema del huevo, embutidos, carnes grasosas y el pollo con piel, por su contenido considerable de grasas saturadas y colesterol. Preferir el consumo de pescados y aves en sustitución a las carnes rojas. En lo posible, seleccionar las variedades de pescado de agua fría, por contener mayor proporción de ácidos grasos omega-3 (salmón, macarela, arenque y trucha).
• Limitar el consumo de grasas vegetales sólidas a temperatura ambiente (como la manteca vegetal y las margarinas), por su elevado contenido en ácidos grasos trans. En su lugar, utilizar aceites vegetales, como el de maíz, girasol, canola y cártamo, siempre en forma moderada.
• Restringir el azúcar, sal y grasas en la preparación de los alimentos, así como el consumo de productos industrializados, que ocultan su gran contenido de estos componentes. En relación a la preparación de las comidas, preferir cocciones sencillas, con bajo contenido de grasa: a la plancha, horneadas, a la parrilla, al vapor, a la brasa, tipo pouches, “en su jugo”, o al limón. Evitar elaboraciones al gratén, a la parmesana, al ajillo, rebozadas o fritas.
• Incrementar el consumo de fibra dietética, que se encuentra solamente en los alimentos de origen vegetal, como cereales integrales (avena, salvado de trigo, harinas integrales), leguminosas, (lentejas, garbanzos, habas y guisantes), frutas y vegetales; se ha demostrado que favorece el buen funcionamiento intestinal (fibra insoluble), y la reducción de los niveles séricos de colesterol y glucosa. (fibra soluble)
• Aumentar el consumo de frutas y vegetales, por ser ricas en fibra, vitaminas antioxidantes, y de baja densidad energética. Deben evitarse las frutas enlatadas o congeladas en almíbar y jarabes, por el aporte de calorías extras.
• Ingerir suficiente cantidad de líquidos, especialmente en forma de agua (8 vasos diarios), para hidratar al organismo, eliminar toxinas, y evitar el estreñimiento.
• Limitar en lo posible el consumo de bebidas alcohólicas. Son sustancias que tienen pocos beneficios para la salud; su valor nutricional es nulo, mientras que su aporte calórico es elevado.

Recuerde
Sea realista: Haga cambios pequeños en lo que come y en el nivel de actividad que realiza. Después de todo, los pasos pequeños funcionan mejor que los saltos gigantes.
Sea audaz: Expanda sus gustos para disfrutar de una variedad de alimentos.
Sea flexible: Prosiga y equilibre lo que come y la actividad física realizada en varios días. No se preocupe sólo por una comida o un día específico.
Sea sensible: Disfrute de todos los alimentos, sin excederse.
Sea activo: Hacer ejercicio físico lo manera regular, no solo beneficia al sistema circulatorio, corazón y pulmones, sino que contribuye a mantener un peso saludable, favoreciendo un estado de salud y bienestar general.

El 50% del proceso de seguir un régimen de adelgazamiento, consiste en controlar la ingesta de calorías; el 50% restante, en aumentar la cantidad de calorías que se gastan, con la práctica de ejercicios físicos.
Como se puede apreciar, no es necesario eliminar algún alimento de la dieta; se trata simplemente de hacer ajustes que serán mayores o menores, dependiendo de los hábitos alimentarios del individuo. Por ende, el plan de alimentación que permite mantener un estado de salud óptimo, es en definitiva, el que se basa en unos conocimientos elementales sobre nutrición, y en el sentido común.

Plan adecuado para tratar la gastroenteritis

16 diciembre, 2015

El verano es una época en la cual es frecuente esta patología.
El reposo, el ayuno y la ingesta abundante de líquidos son las tres claves para aliviar infecciones gastrointestinales provocadas mayoritariamente en esta época por gérmenes cómo E. Coli o Salmonellas

El tratamiento dietético en las gastroenteritis es sencillo: reposo, ayuno y abundante líquido pero si la infección es más grave precisa tratamiento médico.

Los síntomas comunes en las infecciones gastrointestinales son náuseas, vómitos, y diarrea, acompañadas de molestias digestivas , debilidad general, malestar, y en ocasiones, fiebre. Una dieta adecuada, astringente y sin fibra, junto con una buena hidratación alivia los síntomas y acelera la recuperación.
El reposo y la dieta líquida son el primer paso en el tratamiento de la gastroenteritis, que a menudo permite superar el inconveniente.

Para ello, conviene beber abundante líquido para ayudar a eliminar los gérmenes del cuerpo y, al mismo tiempo, prevenir la deshidratación. El agua con limón (hay a quien le resulta más agradable que el agua sola), las infusiones digestivas o relajantes (manzanilla, melisa), las bebidas isotónicas comerciales son opciones distintas para beber abundantes líquidos a lo largo del día. Si las náuseas y las molestias digestivas persisten, ayuda tomar pequeños sorbos de agua sin gas. A medida que los vómitos o la diarrea cesan, se inicia la alimentación sólida con leches fermentadas con bifidobacterias. Los líquidos y los yogures y similares serán la base de la dieta durante las primeras 12-24 horas. Es probable que pasado un día no se tengan molestias digestivas, aunque siga la inapetencia. No pasa nada, no hay que forzar al cuerpo. La falta pasajera de apetito no supone ningún trastorno mayor para el cuerpo que la propia desgana y debilidad. En general, en dos o tres días se vuelve a la normalidad. Cuando cesen los síntomas, la norma dietética es dejarse llevar por el sentido común y por lo que pide el cuerpo, que con toda seguridad serán comidas livianas, sin condimentos, suaves y en pequeña cantidad.
En el periodo agudo, tras la pausa de reposo digestivo (ayuno), la característica de la dieta es la introducción progresiva de alimentos de carácter astringente (sin fibra), con el fin de normalizar el funcionamiento intestinal. Cuando la evolución es favorable, hay que recuperar una alimentación normal.

–Evitar alimentos ricos en fibra: verduras, frutas, legumbres, frutos secos, frutas desecadas y productos integrales (muesli, pan, arroz, pasta,etc.)
–Preferir la fruta cocida o al horno sin piel, en almíbar sin el jugo.
–Incrementar la cantidad de alimentos ricos en pectina, fibra soluble con efecto astringente: manzana rallada y oscurecida (oxidada), pera cocida, banana madura.

Los taninos son unos compuestos presentes en algunas plantas y frutos, con propiedades antiinflamatorias y astringentes. La particularidad de su acción es que secan y desinflaman la mucosa intestinal (capa que tapiza el interior del conducto digestivo), por lo que su consumo resulta apropiado en el tratamiento de la diarrea, esta presente en el té, en la manzana pelada rallada y oscurecida.

La leche, los alimentos con fibra (ensaladas, frutas con piel, verduras crudas , legumbres o cereales integrales) y los alimentos o los platos con más grasa o más condimentados se reservan para más adelante.

Productos para ayudar a perder peso : ÁCIDO LINOLÉICO CONJUGADO – CLA

9 diciembre, 2015

Si bien la Food and Drugs Administration (FDA) aprobó su uso para ayudar a perder peso como nutracéutico la falta de evidencia clínica suficiente sobre el efecto del ácido linoléico conjugado en la composición corporal y los efectos adversos descritos obligan a ser cautos y no recomendar un uso indiscriminado.   La  peculiar legislación de los Estados Unidos autoriza la venta como suplemento alimentario de cualquier sustancia, siempre que sea de origen natural y se encuentra en el organismo como tal, no existen pruebas por el momento de que el CLA ofrezca alguno de los beneficios que sus vendedores aseguran. En particular, como sustancia indicada para la obesidad, el CLA es absolutamente nulo ya que incluso en aquellos estudios en los que se observó un efecto mínimo, la reducción de la masa de grasa observada  no se acompañó de descenso de peso.

¿Qué es el CLA?

El CLA (acido linoleico conjugado, siglas en inglés) es un ácido graso derivado del ácido linoléico, es poliinsaturado de la serie omega 6. El CLA se encuentra de forma natural en los aceites vegetales y en mayor proporción en alimentos de origen animal como los productos lácteos y la carne de rumiantes. En el ser humano las bacterias intestinales producen pequeñas cantidades de esta sustancia.

¿Para qué se emplea?

A partir de estudios realizados en ratones se vio que los animales alimentados con suplementos de CLA reducían sustancialmente su masa grasa corporal.  Esto no se comprobó en humanos y NO somos tan iguales a los ratones.

¿Hay evidencias científicas de su efectividad?

Se han hecho estudios en humanos y pese a que sí se ha observado una acción sobre los depósitos de grasa, los resultados no han sido los esperados tras el éxito en animales. La reducción de grasa fue muy poco significativa por lo tanto no cumple lo que cualquier fármaco debe demostrar para ser indicado para una enfermedad: EFECTIVIDAD y SEGURIDAD.

Las teorías que explican sus acciones como reductor de la grasa en el tejido adiposo, parecen apuntar a una estimulación del metabolismo energético que conduce a una reducción del contenido de grasa y a un aumento relativo de la masa magra (muscular) pero no pudo demostarse que esto suceda en humanos.

En los estudios de laboratorio en animales, el CLA inhibiría el transporte de grasas desde la sangre a los lugares de reserva y por otro lado, facilitaría la combustión de grasas en estos mismos tejidos para la producción de energía, además aumentaría el peso de los músculos. Como vemos todo podría ser así NO HAY CERTEZA.

Con respecto a su seguridad y sus efectos secundarios existen dudas porque en algunos trabajos científicos se han observado resistencia a la insulina con aumento de las concentraciones de insulina en el plasma, disminución del colesterol HDL (bueno) y una disminución de la leptina (hormona mensajera que informa al cerebro sobre la cantidad de grasa corporal).

Conclusión: No hay una evidencia suficiente que muestre que el ácido linoléico conjugado (CLA) tenga un efecto sobre el peso y la composición corporal en humanos. Los efectos adversos que se han descrito sobre la suplementación de la dieta con CLA son inciertas y requieren más investigaciones, con estudios clínicos controlados que sigan el método científico de investigación para que nos den el mayor nivel de evidencia científica posible evitando su uso indiscriminado.

3 de Diciembre : Día del médico

2 diciembre, 2015

El día del médico se celebra el progreso de la profesión médica y se ponen en común los diversos aspectos que esta profesión ofrece, incluyendo tanto a los profesionales con largos años de dedicación , cómo a los recién egresados de la Universidad.

El día del Médico fue decretado en un Congreso Médico reunido en Dallas ( Texas ) en el año  1933, en honor al nacimiento del Doctor Juan Carlos Finlay quién confirmó la teoría de “ La propagación de la fiebre Amarilla a través del mosquito “, presentado en la Academia de Ciencias de La Habana el 14 de Agosto de 1881.

Este médico investigador no sólo descubrió que la Fiebre Amarilla es transmitida por la picadura del mosquito, sino que logró una cura para la enfermedad.

Los médicos cumplen con objetivos primordiales dirigidos al bien de la comunidad, tal como promocionar la salud, prevenir la enfermedad y curar, aliviar y consolar al enfermo.