Plan adecuado para tratar la gastroenteritis

16 diciembre, 2015 por Administrador Dejar una respuesta »

El verano es una época en la cual es frecuente esta patología.
El reposo, el ayuno y la ingesta abundante de líquidos son las tres claves para aliviar infecciones gastrointestinales provocadas mayoritariamente en esta época por gérmenes cómo E. Coli o Salmonellas

El tratamiento dietético en las gastroenteritis es sencillo: reposo, ayuno y abundante líquido pero si la infección es más grave precisa tratamiento médico.

Los síntomas comunes en las infecciones gastrointestinales son náuseas, vómitos, y diarrea, acompañadas de molestias digestivas , debilidad general, malestar, y en ocasiones, fiebre. Una dieta adecuada, astringente y sin fibra, junto con una buena hidratación alivia los síntomas y acelera la recuperación.
El reposo y la dieta líquida son el primer paso en el tratamiento de la gastroenteritis, que a menudo permite superar el inconveniente.

Para ello, conviene beber abundante líquido para ayudar a eliminar los gérmenes del cuerpo y, al mismo tiempo, prevenir la deshidratación. El agua con limón (hay a quien le resulta más agradable que el agua sola), las infusiones digestivas o relajantes (manzanilla, melisa), las bebidas isotónicas comerciales son opciones distintas para beber abundantes líquidos a lo largo del día. Si las náuseas y las molestias digestivas persisten, ayuda tomar pequeños sorbos de agua sin gas. A medida que los vómitos o la diarrea cesan, se inicia la alimentación sólida con leches fermentadas con bifidobacterias. Los líquidos y los yogures y similares serán la base de la dieta durante las primeras 12-24 horas. Es probable que pasado un día no se tengan molestias digestivas, aunque siga la inapetencia. No pasa nada, no hay que forzar al cuerpo. La falta pasajera de apetito no supone ningún trastorno mayor para el cuerpo que la propia desgana y debilidad. En general, en dos o tres días se vuelve a la normalidad. Cuando cesen los síntomas, la norma dietética es dejarse llevar por el sentido común y por lo que pide el cuerpo, que con toda seguridad serán comidas livianas, sin condimentos, suaves y en pequeña cantidad.
En el periodo agudo, tras la pausa de reposo digestivo (ayuno), la característica de la dieta es la introducción progresiva de alimentos de carácter astringente (sin fibra), con el fin de normalizar el funcionamiento intestinal. Cuando la evolución es favorable, hay que recuperar una alimentación normal.

–Evitar alimentos ricos en fibra: verduras, frutas, legumbres, frutos secos, frutas desecadas y productos integrales (muesli, pan, arroz, pasta,etc.)
–Preferir la fruta cocida o al horno sin piel, en almíbar sin el jugo.
–Incrementar la cantidad de alimentos ricos en pectina, fibra soluble con efecto astringente: manzana rallada y oscurecida (oxidada), pera cocida, banana madura.

Los taninos son unos compuestos presentes en algunas plantas y frutos, con propiedades antiinflamatorias y astringentes. La particularidad de su acción es que secan y desinflaman la mucosa intestinal (capa que tapiza el interior del conducto digestivo), por lo que su consumo resulta apropiado en el tratamiento de la diarrea, esta presente en el té, en la manzana pelada rallada y oscurecida.

La leche, los alimentos con fibra (ensaladas, frutas con piel, verduras crudas , legumbres o cereales integrales) y los alimentos o los platos con más grasa o más condimentados se reservan para más adelante.

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