Un consumo en exceso de grasas y azúcares, café, alcohol y comidas copiosas son unas de las causas del aumento de los niveles de colesterol y triglicéridos
Las dislipemias o alteraciones de los lípidos en sangre son un indicador de riesgo cardiovascular y no hay más aviso que la detección tras un análisis de sangre para evitar un susto inesperado cómo un infarto Una alimentación desordenada y desequilibrada, con un aporte elevado de grasas (totales, saturadas y grasas trans) y azúcares, el abuso de café, alcohol y de las comidas copiosas son causas de alteración de los lípidos plasmáticos.
Los ácidos grasos saturados, aunque no todos, son los factores dietéticos con un impacto más fuerte en el incremento de los niveles de LDL colesterol. El ácido esteárico (chocolate puro, cacao puro), a diferencia de otros ácidos grasos saturados (láurico, mirístico y palmítico), no aumenta el colesterol total. Estos tres últimos son más abundantes en manteca, aceite de coco, grasa de la leche y productos derivados de la leche entera (quesos, lácteos enteros ), carnes grasas y derivados.
Por otra parte, los ácidos grasos parcialmente hidrogenados (grasas trans) de origen industrial, que representan entre el 2% y el 5% del consumo total de energía, tienen un efecto similar al de las grasas saturadas, o incluso mayor, sobre el incremento del LDL colesterol ( colesterol malo ) La clave está en sustituir parte de los ácidos grasos saturados por ácidos grasos monoinsaturados (aceite de oliva). Así se consigue un efecto hipocolesterolemiante positivo. Al sustituir las grasas saturadas por hidratos de carbono complejos con fibra (arroz, pasta y pan integrales, y legumbres) también se consigue un efecto reductor del colesterol total, aunque menor, por lo que se consideran sustitutos adecuados.
Los metabolismos de la glucosa y de los lípidos tienen una relación muy estrecha, de forma que cualquier perturbación en el metabolismo de los carbohidratos inducida por un consumo de hidratos (en particular de azúcares o hidratos con alto índice glucémico y bajos en fibra) también conduce a un aumento en las concentraciones de triglicéridos. Una dieta rica en grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas mejora de manera significativa la sensibilidad a la insulina, en comparación con una ingesta alta de grasas saturadas.Otro efecto reductor de los triglicéridos se observa con los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga omega 3. El consumo adecuado de alimentos naturales ricos en omega 3, como los pescados azules, a menudo es insuficiente para lograr un efecto clínico significativo, por lo que se puede recurrir, siempre bajo asesoramiento, al uso de complementos de omega 3. Respecto al alcohol, en personas con hipertrigliceridemia, incluso una pequeña cantidad (una copa de vino al día o una pequeña de cerveza) puede incrementar las concentraciones de triglicéridos.
La clave está en prescindir de los azúcares y controlar, e incluso limitar, el consumo de fruta (fuente de fructosa, azúcar con importante impacto en el incremento de triglicéridos). Hay que eliminar el consumo de cualquier tipo de bebida alcohólica, incluidas las de baja graduación como vino, cerveza, sidra, cava o champán, aunque se tomen en pequeña cantidad.
El consumo de ácidos grasos saturados en lugar de ácidos grasos insaturados tiene un pequeño efecto, muy limitado o incluso nulo en ciertos individuos, sobre los niveles plasmáticos de HDL colesterol ( colesterol bueno ) al igual que sucede con el consumo de ácidos grasos omega-3. Además, una dieta con alto contenido en fructosa y/o sacarosa se asocia con una disminución más pronunciada en HDL colesterol. Uno de los efectos positivos más pronunciados en el aumento del HDL colesterol es la práctica diaria de actividad física aeróbica, como caminar a paso ligero o cualquier actividad similar o equivalente (andar en bicicleta, nadar, sedentarismo).
El aceite de oliva virgen extra y los pescados azules no pueden faltar en la dieta de protección cardiovascular, aunque estos alimentos no tengan unos efectos relevantes sobre el aumento del HDL colesterol en particular. No se deben consumir alimentos que incluyan entre sus ingredientes ácidos grasos parcialmente hidrogenados (grasas trans), como son algunos productos de panadería y repostería industrial.